Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

domingo, 2 de marzo de 2014

Los lugares de la literatura

La poesía –la literatura en general– aparece en los entresijos de esta ciudad, a veces más viva de lo que aparenta los días de fútbol. No tienen la fuerza para anunciarse en otros lugares los que sobreviven recitando versos en bares, cafeterías, centros ocasionales de su inspiración o de su voceado. Allí se encuentra uno con pequeñas editoriales desconocidas, revistas de uno o dos números, escritores de todas las edades y condiciones que se reúnen, por lo general con poco público y mucho entusiasmo, para leer versos y hablar de literatura: son locales madrileños como El Dinosauro (C/Lavapiés, 8), la biblioteca pública Rafael Alberti, la cafetería Galdós, etc. 

Danloux
Suelo interpretar todo este movimiento, que probablemente siempre ha existido, como la incursión en el campo de la creación, lugar en donde se encuentran grandes dosis de libertad, en donde la imaginación discurre generosamente (la técnica de la creación literaria empieza por el uso de una herramienta natural: la propia lengua, la lengua materna) y los ramalazos de plenitud prenden en quien logra hacerse allí un hueco.

Los lugares en donde se produce esa conjunción de entusiasmo y creación suelen ubicarse, cuando no son totalmente conocidos, en barrios (Argüelles, Lavapiés, Cuatro Caminos....) incluso en las ciudades satélites (Alcobendas, Getafe, Móstoles....) Alguien podría trazar el mapa de su geografía cambiante (muchos cierran, recuerdo ahora el Bukowski o el Bella Ciao) y su rebote de un en otro lugar. Se mantienen milagrosamente –nunca dieron mucho dinero las letras– y funcionan a la altura del barrio mejor que proyectados sobre toda la ciudad.

El sábado por la noche descubrí otro lugar, en la calle Galileo, 56. Vergüenza Ajena, con actividad periódica –me dijeron– los jueves por la tarde, en donde recitaban dos poetisas –mantengo el sufijo femenino, contra viento y marea–, dialogando la una con la otra e intercambiando versos: Gema Baños –de cuyo libro ya se ha hablado en este blog– y Yasmín C. Moreno. Poesía lírica en ambos casos, leída o recitada frente a público escaso, devoto, interesado... 


La ocasión se aprovecha para intercambiar ideas con unos y otros. Allí estaba por ejemplo Munir, cuya novela reciente (Los pistoleros del eclipse) pude conseguir y que será tema de comentario cuando la termine, lo que será rápidamente, hoy, pues es evidente que nace con ritmo trepidante, casi volcánico. 
Con todas las etiquetas que aparecen en unas y otras publicaciones se puede hacer simpática retahíla: "ebediciones", "artesequienpueda", "la noche boca arriba" (local), "los escritoresbárbaros", "solysombra", "ediciones paralelo".... por allí discurre con frecuencia lo más interesante de lo que queda de la Literatura.


He aquí unas cuantas direcciones de las que se han aireado antes, unas cuantas entre decenas más:

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