Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

jueves, 10 de mayo de 2018

Primavera, otra vez, el Retiro....


Con las muchas lluvias, que se han alargado hasta hace poco –y aun–, el Retiro ha escondido sus heridas –hay centenares de árboles desmochados, cortados, podados....– y se ha vestido de frescura y flor. Pasearlo ahora es una delicia. El viajero va como loco descubriendo las flores de la paulonia, la robinia, el magnolio (ya algo ajadas), los pináculos de los castaños que llenan todo, los tapices florales entre almendros, incluso algunos rosales.... que son los que abren esta entrada, aunque a la Rosaleda le falta todavía mucho sol.


De algunas sé que durarán poco, como es el caso de las dos o tres paulonias en las puertas del este, de las robinias.... o que transformarán su grito inicial, del amarillo al verde las forsitias; de los troncos a la alfombra los querquis o árboles del amor. Así, en el campo de almendros ya no queda nada, sin embargo cuajan las almendras; pero el suelo se ha llenado de avenidas con florecillas silvestres de mil colores.


Hasta he tomado fotos de uno de los pocos castaños rosados que alberga el Retiro, que además son pequeños. En cuanto pierdan la flor, pasarán desapercibidos.




Paseos y paseos.... que he terminado camino del sauzgatillo, ya saben, el arbolillo –¿será ejemplar único?– con el que uno puede vigilar sus apetencias sexuales, y que antaño fue cosa de monjas o de mujeres de "mal vivir", con efectos contrarios, dicen. Anda todavía encogido por el invierno, sin atreverse a nada. Vaya. Hace algunos años que le pusieron un cartel, y alguna vez he visto alguna pareja tendida debajo, sin saber muy bien a lo que arriesgaban.

Para que no se piense que termino de modo escabroso, ahí van unos cuantos paseos más, para terminar con la hermosa y complicada flor de un castaño, que en estos momentos es la que domina en el Retiro.
Voy camino de la exposición de Pessoa.... que va a tener que esperar un poco, no mucho, en el CNARS, pues es el último día.





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