Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

domingo, 29 de enero de 2017

Alonso Zamora Vicente

El sábado 28 de enero, en el Instituto San Isidro, de Madrid, se celebró el último acto de todos los que se habían programado con motivo de los 100 años que hubiera cumplido Alonso Zamora Vicente. Allí nos reunimos medio centenar de personas, los más discípulos, amigos, algún familiar....  
En el viejo Instituto San Isidro había estudiado Alonso Zamora, aunque las noticias que nos dieron, y que provenían de los propios archivos del centro, matizaron muchas cosas, por ejemplo que antes de terminar el equivalente a lo que hubiera sido su bachillerato, sacó el título de maestro.  Y otras noticias curiosas sobre su madrileñismo, que empezó a vivir nada menos que en la Plaza de la Cebada, balcones traseros sobre la Cava Alta.


Don Alonso era reservado, o quizá cuando yo le conocí –a su vuelta a España hacia 1968– andaba curtido de muchas cosas y prefería callar. Sobre todo prefería callar de lo que más sabía, quizá había aprendido lo de "las vueltas que da la vida". A mí me asombraba su mirada profunda y quieta, sin palabras, cuando salían a la conversación nombres sobre los que hubiera podido hablar y hablar: Manuel Alvar, Rodríguez Moñino, Torrente Ballester, Luis Rosales, Balbín, Menéndez Pidal, Sánchez Albornoz, Lázaro Carreter, Julián Marías, Cela... todos. Solo algunas veces su comentario se hizo algo más rico y generoso, cuando hablaba de Américo Castro. Le salía la devoción, con alguna queja. La misma devoción que cuando hablaba de Tomás Navarro Tomás.


Quedará su obra y, de su obra, sobre todo la creativa. En CH estamos intentando editar Primeras hojas, su primer libro de estampas (madrileñas).


Orquestado todo por Antonio Viudas Camarasa, como siempre, el acto se organizó mediante dos mesas, en las que hablaron unos y otros, desde la propia nieta, Ana Zamora, hasta representantes del Instituto, de la Universidad Antonio de Nebrija y de la Real Academia Española (Sánchez on y Blecua).




Este nota recoge varios momentos gráficos de la reunión, en los que yo no aparezco, porque soy uno de los que toma las fotos, claro.


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