Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

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miércoles, 11 de mayo de 2016

Las cruces de mayo


Recuerdo fiestas de primavera en todo el mundo: la vida rebrota y la gente exterioriza, como todo lo que vive, su emoción, la sensación de todo lo que se avecina. En muchos lugares de Andalucía, en todos quizá, se celebra de muchas maneras; lo que está ocurriendo, ahora mismo, con las lluvias torrenciales en Huelva, Cádiz, etc. inundando los caminos del Rocío –otra fiesta de primavera– puede ser ejemplar, en el sentido de la conversión de una fiesta natural, que acompaña a los ciclos del tiempo, y se empapa o contagia de elementos históricos, normalmente religiosos y circunstanciales (la naturaleza y circunstancias del lugar). Pero esas circunstancias pueden cambiar.
En Granada siempre gustaba de las cruces de mayo, que ocupan esos primeros días para llenar la ciudad de puestos de flores –las nuevas, claro–, y que con ellas forman cruces –el teñido religioso– para exhibirlo y –toque infantil, sobre todo– pedir una propina a quien pasa y mira.



La derivación de la fiesta se ha ido por todas partes, doy ilustraciones del mercado de San Agustín (en una tienda de comestibles), de la plaza de Bib -Rambla, de la entrada al viejo palacio árabe anterior a la Alhambra, hasta en unas ventanas que miran cerca a la Plaza de la Trinidad.... Y añado –o añadiré, depende de la técnica– un fragmento de película en la que, llegada la noche, quienes visitan la cruz de ese colegio –es otro de los lugares habitual– aprovecha para bailar sevillanas y beber un "rebujito". 


En realidad, el resumen de un paseo para apreciar las cruces no es sino un motivo más para "salir a la calle", sintagma maravilloso que opera en todas las ciudades y que ya está en el Libro de Buen Amor o en La Pícara Justina, por ejemplo. Y una vez que se sale, que uno se encuentra con la gente que ha salido, o que uno se reúne en torno a un motivo de la vida que renace.... la fiesta y la alegría brotan con la misma naturalidad que el botón de una rosa.


Una de las cosas más llamativas de estas cruces es la de que "admiten todo", lo que quizá sea un derivado de ser fiesta infantil: los niños adornan con todo lo que pillan, además de las flores, claro: telas, jarrones, música, objetos... tengan o o no tengan que ver con la fiesta de las cruces. La sensación de todo vale y todo adorna es un ingrediente más del día de las cruces.




Pero yo voy a terminar con una batería floral, flores silvestres, cultivadas, enloquecidas, solitarias, agrupadas.... Habrá lirios, hortensias, rosas, flores silvestres, pensamientos,.... pero empezaré con la flor del azahar, la del naranjo, que es a la que huele en mayo casi toda Andalucía. 
Hago con las flores como un niño que monta la cruz, van todas, de cualquier manera, "porque hace bonito", y sirven para compartir la alegría.











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