Desde Kunming a Gangzhou el poniente traza su linea rojiza del anochecer. El viajero piensa que estos trayectos aéreos tocan, quizá, a su fin. Ayer, día 28 de diciembre, se completó la impresionante red de trenes de alta velocidad en China, con un enlace que lleva a Kunming, la capital de Yunnan. Se puede viajar en tren desde Shanghai, o desde Hangzhou, con parada en Giuliani; y por la costa de puede descender por Fuxian hasta Gangzhou.... a veces con medias de 300 kms por hora y, desde luego, realizando el viaje en medio día. La tentación es demasiado grande para poderla resistir. Viajar pegado a tierra quiere decir ver más y conectar más con la gente.
Es verdad que aún habrá zonas adonde el tren no llegue (el Tíbet una de ellas), ya que se piensa conectar solo a ciudades con más de un millón de habitantes, un centenar en China, y que la red no parece que vaya a alcanzar, por ejemplo, a Jinghong, o a Xichang....; unas nueve horas para algo más de 300 kms., tardó mi tren de Chengdu a Xichang.
Pero hay otras noticias buenas en estos periódicos aéreos con que nos bombardean las compañías. Por ejemplo, seria estupendo introducir el cultivo del café en Yunnan, porque tiene el clima adecuado.... y es
dificilísimo beberse allí una buena taza de café. Se lo comentaré a mis amigos los aldeanos de las tierra de puer cha, aunque ya he visto que el ancestral cultivo de esa variedad les está enriqueciendo.
dificilísimo beberse allí una buena taza de café. Se lo comentaré a mis amigos los aldeanos de las tierra de puer cha, aunque ya he visto que el ancestral cultivo de esa variedad les está enriqueciendo.
¿El resto de las noticias? La cuestión de Taiwan, la de las esclavas sexuales de los japoneses, curiosamente la violencia machista, el acoso escolar.... y muchos deportes y cocina. También se está igualando el noticiero. Quizá el progreso conlleva esa reducción de los perfiles, bien está si va a ser así para evitar desigualdades, miserias y otras lacras, usuales y admitidas en la llamada civilización occidental.
Tengo que decir a mis dos estupendas profes de chino, en Madrid, que me enseñen a construir frases con "otro", que me enredo demasiado: "no quiero otra cena.... a cada vuelo me dan otra bebida .... luego tengo otro viaje.... otra vez..." la azafata me sonríe porque no me entiende y me trae "otra bandeja", "me pregunta por otro menú". Paciencia. En Gangzhou cambiaré de avión para volar a Amsterdam. Y aún allí volveré a cambiar, para aterrizar en Madrid. Me quedan unas 20 horas. La azafata, que por fin me ha comprendido, me trae un platito con fruta: piña, mandarina, sandia, mango.. .. y 火龙果, la fruta del dragón, que nunca he comido en España. Hummmmm!
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