Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.
Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno
sábado, 30 de abril de 2016
miércoles, 27 de abril de 2016
Mientras tanto
He pensado que en tus ojos me miraba
mientras que cuando entonces mientras tanto
el viejo tiempo nuevamente quiere
hacia el mar mira un banco solitario
los versos ya no saben acabarse
y en tus ojos me quedo sin embargo
inventando recuerdos que no tengo
preparando sucesos inventados
he pensado que estabas aquí cerca
la mañana de luz contigo al lado
y que el mar repetía las canciones
mientras que mientras juntos mientras tanto
mañana de luz junto al mar contigo
en tus ojos desnudos en tus manos
mientras que cuando entonces mientras tanto
el viejo tiempo nuevamente quiere
hacia el mar mira un banco solitario
los versos ya no saben acabarse
y en tus ojos me quedo sin embargo
inventando recuerdos que no tengo
preparando sucesos inventados
he pensado que estabas aquí cerca
la mañana de luz contigo al lado
y que el mar repetía las canciones
mientras que mientras juntos mientras tanto
mañana de luz junto al mar contigo
en tus ojos desnudos en tus manos
lunes, 25 de abril de 2016
sábado, 23 de abril de 2016
Cervantes en el Congreso
Radio Nacional de España me pidió que les acompañara como crítico literario a la retransmisión desde el Congreso de los Diputados de un acto de conmemoración cervantino: y allí fui. Hubo música de Teleman jalonando todo el acto, en el que se leyeron textos cervantinos, se cantaron –como flamenco y como rap– otros, se organizaron diversos fragmentos entre humorísticos y actuales. El acto tuvo suficiente repercusión como para que no dé noticia mayor; en general, acertado fue, sobre todo porque mostró las muchas posibilidades de los textos cervantinos y porque, bien leído, Cervantes puede ser muy actual.
jueves, 21 de abril de 2016
Mediterráneo (Palma de Mallorca): pinos, palmeras, azul....
Dicen que Palma de Mallorca es "la mejor ciudad para vivir en España" y una de las mejores del mundo, sobre todo para el descanso, el ocio y otras bondades. Creo que cada uno vive "mejor" según qué circunstancias personales, y que nadie cambiaría su terruño, lugar, etc. por Viena o Singapur –las dos ciudades, también se dice– con nivel de vida más alto. El componente humano juega mucho con esas circunstancias.
Tiene Palma la dulzura del Mediterráneo, al menos mientras no apriete el calor, y la suavidad de los colores de una isla, que se trazó antiguamente para que diera sombra, entre piedras doradas, cuando los calores llegan. Ese viejo trazado se conserva en el casco antiguo, a pesar de las barbaridades perpetradas por la arquitectura turística. Y esa, la arquitectura turística es la que ha envenenado buena parte del litoral, lleno de cajones de cemento en donde se hacinan y devoran miles de turistas. Parece algo irremediable, aunque he atravesado zonas de la isla –al Norte– sobre todo en donde el verde del campo y el dorado de las arenas no ha sido todavía envenenado por los millones de chiringuitos, hoteles, macs donals y similares. Habida cuenta del saqueo que ha significado el paso de los políticos –al parecer y sobre todo del PP– por el municipio, milagro parece que aun existan parajes de belleza virgen o rincones de la ciudad que no se han degradado hasta la vergüenza.
No sé si los nuevos regidores serán capaces de frenar la ola mercantil, de temperar razonablemente el turismo y, sobre todo, de enmendar y dar marcha atrás en la invasión del ladrillo. La ciudad necesita más espacios verdes. Lo que se llama "Botánico", por ejemplo, al lado de la casa de Cultura, conserva solo el nombre y un árbol centenario: el resto es cemento.
En esta entrada doy paso al mar.
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Palma de Mallorca
martes, 19 de abril de 2016
Palma de Mallorca
Un naranjo se hermana a una palmera
tendrán que repartirse el sol que baja
junto a San Nicolás Chopin espera
adorna primavera las ventanas
paso junto al olivo de las Cortes
celeste azul la torre Santa Eulalia
busco el archivo San Francisco y entro
serenidad del claustro y de la plaza
luego los agustinos quiero ver
su cúpula barroca restaurada
hacia la ciudadela el sol se pone
y la luz hacia el mar se va dorada
quiebra la catedral perfil de sombras
vuelvo despacio callejeando a casa
sábado, 16 de abril de 2016
Quevediana
[Y ASI SE VA....]
un animal que a veces piensa el tiempo
que de ser se entristece y de las lluvias
que no sabe por qué de los recuerdos
o que siente nostalgia de la luna
y así se va camino de la nada
intentando entender lo que perdura
aquello que nos dejan en los ojos
aquello que se pierde mientras cruza
el silencio sin pausas ni silencios
gozosa travesía de penumbras
la oscuridad a veces sobrecoge
la claridad a veces nos deslumbra
intensamente somos el instante
que ya no sabe más que lo que duda
Mark Tobei, Ritmos de la tierra (1976), Thyssen
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un animal que a veces piensa el tiempo
miércoles, 13 de abril de 2016
En los acabos del mundo....
Una de las tareas que estoy llevando a cabo consiste en una especie de barrido general para recoger en mi red las fuentes originales que documentan las relaciones España-China durante los siglos XVI y XVII. Uno de los hitos de mi recuperación documental, que por cierto voy a integrar en un conjunto de investigaciones –aportación minúscula– de un proyecto de los historiadores de la Pompeu Fabra, la constituye el repertorio documental que llegaba a Madrid, al centro de la Monarquía Hispánica; esa es una de las razones por las que ya he recogido toda la documentación que al respecto he encontrado tanto en el Archivo como en la Biblioteca del Palacio Real, tarea en la que me he encontrado con la ayuda inteligente de sus bibliotecarios y de su directora, María Luisa López Vidriero. Y por eso mismo traigo ahora a comentario otro documento excepcional, bien conocido, pero en lo que se me alcanza no utilizado desde esta perspectiva: el Indice de los libros que tiene su Majestad en la Torre Alta desde Alcázar de Madrid, Año de 1637, que se conserva manuscrito en la Biblioteca Nacional de España, junto a otros muchos índices de la biblioteca del mismo Alcázar.
El documento es excepcional por otras muchas razones relacionadas. El año (1637), apenas un lustro antes de que Portugal iniciara nuevamente la independencia... y sin embargo el inventario mantiene como repertorio extenso y apartado el que titula "Del reyno de Portugal, y su India, China, Japón, Philipinas y Etyopia", como si la conjunción de las dos viejas monarquías ibéricas nunca se hubieran fusionado. De hecho, otro de los apartados que merecería comentario es cómo se ha partido temáticamente el campo, con largos epígrafes y apartados para leyes, filosofía, etc. y un peso abrumador para la Historia y, de su mano la Geografía, disciplina en auge, como bien se sabe. Pero eso nos llevaría muy lejos.
Lo curioso y lo que quería subrayar es que muchos libros sobre los nuevos descubrimientos llegaban indudablemente a Palacio, en donde estaba recogido ya todo lo más importante de América y en donde se hubieran podido leer así mismo los relatos más extensos sobre China, Japón, Filipinas, etc., incluyendo ya las primeras recopilaciones de las órdenes religiosas: Antonio Colazo, Ribadeneyra, etc. incluso en versiones distintas, como la italiana de Ludovico Arrivabene (de 1599).
Eso sí, existe una curiosa mezcolanza de lugares, mares, países y reinos que lo único que significa es que el mundo todavía se estaba haciendo y que no existía conciencia clara de dónde empezaba una tierra y por donde discurrían las fronteras: "En los acabos del mundo", que es una frase que me gusta repetir y que recojo de Bernardo de Valbuena, al entrar tierra adentro en América del Sur. De la misma manera que el repertorio bibliográfico refleja, y aun lo hará durante bastante tiempo, una confusión babélica –latín, portugués, español...– y una mezcolanza ideológica, particularmente por la intromisión de elementos religiosos, con su sobrecarga de fanatismo.
Lamentablemente, las reproducciones son de mala calidad, pues el manuscrito no está digitalizado y las copas del microfilme son penosas, hasta el punto de que he tenido que hacer mil maniobras de ordenador para que fuera legible. Es una de esas cosas que ocurren hoy en la Biblioteca Nacional de España, dedicada a bailes de salón y campañas publicitarias en tanto los fondos y el servicio se deterioran cada vez más. Gritando hacia afuera, deteriorada dentro. Al aire de los tiempos.
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