los jardines empedrados con los senderos marcados |
grato rincón
que en la ciudad se calla,
es el reino apacible
del silencio
donde todo
parece que se calma.
Es el reino en
el suelo de la aucuba,
en tanto las glicinias
se encaraman;
solo quedan las
flores de mil tiestos
componiendo el
dibujo de una plaza.
Por la senda
que encuevan las glicinias
el viajero después
sigue su marcha,
va buscando los
restos de Huiqian
la vieja ciudad
Qing que aquí estaba.
En el aire no
queda más que el nombre,
un árbol, unas
piedras y una placa.
glicinias |
la plaza con los tiestos de colores |
El viejo cedro |
El parque de Zhonshan está vacío
de vez en cuando algún músico ensaya
melodías antiguas de su tierra
que acompaña con música de flauta.
El otoño adormece estos lugares.
Rodeo el lago, barcas amarradas,
sauces, camelias, pinos, cedros, arces,
senderos de madera y piedras blancas;
con los evónimos de todo tipo
los jardineros el camino trazan;
entre rocas levantan los templetes
su perfil de pagoda solitaria.
El jardinero ya hizo su trabajo.
El caminante pensativo pasa.
plátanos centenarios al lado del campo de nenúfares o lotos |
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