Me fui a mirar cómo Pantín se duerme,
que le arropa la bruma gris y malva,
como un perrillo el mar iba y venía
a pintar caracoles a mis plantas....
Llegué a lamer la orilla con el juego,
le di los pies desnudos a su espalda,
y me miraron las gaviotas lejos
descendidas a sostener la playa.
Todo lo que no sé, en el horizonte;
y todo lo que sé no vale nada;
el mar es buen lugar para abandonos;
sabemos lo que viene a la mirada,
y todo lo demás son artificios,
silencios inventados por palabras.
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