tanto mar ya no cabe por los ojos
una gama de azules con espuma
el cielo se suaviza al horizonte
madrugada de luz noche profunda
las sombrillas que alquilan los bañistas
han resuelto bailar todas a una
la fatiga descansa sin pensar
al mirar se resuelven muchas dudas
poco a poco te acercas a la piedra
al paisaje desierto de las dunas
la vida se amortigua mientras tanto
y el tiempo finalmente ya no dura
va quedando tan solo lo que queda
viento volcán y mar Fuerteventura
¡Qué bella e intensa es la fuerteventurosa isla africana de Unamuno, Pablo! Y tus fotos son preciosas, en especial la del azul con arenas y las de tonos pardos y grises salpicados aquí y alla por matas rojizas, casi azafrán.
ResponderEliminarLas playas de Huelva también son de arenas blancas y extensas. Sin embargo estas son distintas; creo que es por ese toque rosado que tiene el cielo.
ResponderEliminarMe sorprende también que las sombrillas sean del color de la arena, en vez de los tonos chillones a los que estoy acostumbrada, y el hecho de que estén todas alineadas y equidistantes les da un aire aerodinámico, de coreografía. De un momento a otro se van a poner a bailar. Sólo esperan los primeros acordes.