miércoles, 7 de enero de 2015

barrunto que no vamos de parranda

cascotes   bagatelas    subterfugios
y nadie tras la noche       nos espera
qué pena el desperdicio   de tus muslos
aquella tarde azul      de primavera

todo eran pétalos   de lumbre rosa
con los picos      nevados en caderas
las piernas que al abrirse    reclamaban
el desorden   mordido     de la seda

y cuánta pena   que    al cerrar los ojos
la fuga de botones     en la lengua
cesaran de ser blandos    cuando lejos
cesaran de ser duros   cuando cerca

más no se supo      que    los cuerpos saben
cuando a solo ser cuerpo    al fin     se entregan


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