jueves, 12 de junio de 2014

El roble de las penas, desmochado


El roble de las penas allí sigue,
su viejo tronco con las nuevas ramas
recupera las hojas en verano
y aun alrededor las sombras traza,

ya no tiene como antes tuvo arriba
la copa majestuosa siempre alzada,
sobrevive escondido y allí iergue
humilde su figura desmochada;

el roble de las penas del Retiro,
no se sabe muy bien que es lo que aguarda
quizá tan solo ser, sencillamente,
respirar a la luz de la mañana;

como va lo que vive, lentamente,
poco a poco más cerca de la nada.



1 comentario:

  1. Así es la vida, un descenso hacia el final con varias etapas. Unas alegre, muchas tristes.
    Este poema, querido Pablo, me ha clavado el alma.
    Bicos.

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