miércoles, 25 de septiembre de 2013

Última noche del verano en Vistillas (Madrid)





La vega enciende el cuadro de la noche,
azules velazqueños en Vistillas;
rompe la catedral el horizonte
y el ruido de los coches la armonía.

No sé si descansar aquí en un banco
o en la destartalada sidrería
de la plaza Gabriel Miró, o quizá
perderme un poco por la morería.

Me sabe a tiempo lento este rincón
del arrabal, sabe a melancolía:
suelo de tierra, bancos de madera,
farolas de luz débil y amarilla.

Las noches de verano se despiden,
las luces de la vega ya encendidas.




4 comentarios:

  1. Qué bien expresan tus versos lo que allí y en esos momentos se debía sentir, Pablo.
    Y con cuánta belleza, como la que contemplabas.
    Tu poesía es un regalo que nos haces, muchas gracias.

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  2. ¡'Muchas gracias! Y por vuestra generosidad. Es un verdadero aliciente que os asoméis a leer el blog.

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  3. El atardecer es la hora más melancólica y, ahora, con la venida del otoño, el sentimiento se acentúa más. Habrá que disfrutarlo, ahondarlo y compondrá buenos poemas, como siempre.

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