jueves, 19 de septiembre de 2013

Crónicas (5): De san Ginés a La Central
























1

“Pues si puedo elegir, mejor limón”
–con el menú de La Central–, contesto
a la chica que sirve y me pregunta,
después de un buen paseo por el barrio;

demasiados altares hoy he visto
en San Ginés, hay que salir al aire,
Las Navas de Tolosa tiene vida
y, por si fuera poco, se ha sentado

una chinita enfrente, sin mirar,
como siempre que están con mucha gente,
de manera que leo a Vila-Matas
(acabo de comprar Aire de Dylan)

y entre párrafo y sorbo, a hurtadillas,
miro sus piernas largas y doradas.

ensalada César y tinto de verano con limón, claro
2
Se compone el menú de cuatro cosas:
una ensalada César, pez espada
con verduras rehogadas, la bebida
–el tinto de verano con limón–

y café o postre, ya veremos qué,
porque el soneto está por la mitad;
por cierto que se ha ido la chinita
y me he quedado solo, leyendo,

porque en las mesas próximas tan solo
quedan varones con ordenador,
y dos parejas mixtas a lo lejos,
de manera que pido el postre, fruta,

y un café solo, fuera de menú,
con sacarina, por favor. Sonrío.

La Central
 

San Ginés 
3
He vuelto a casa en autobús, el quince,
leyendo la novela por encima
–Vila-Mata me engancha fácilmente–
pensando en ordenar el reportaje

que a duras penas he logrado hacer
en San Ginés (“no se permiten fotos”)
en donde no he podido ver el Greco
ni sé dónde se guardan los tapices

flamencos; eso sí, han proliferado
vírgenes, ángeles, altares, santos;
pero el guardia jurado no consigue
mantener el control de los turistas

que tiran fotos como las de Bárcenas.
Hoy es la fiesta de la luna china.


Falta en ese altar La Virgen de Guadalupe, nos dice san Pedro Nolasco, arriba
Terminaré con unos cuantos ángeles –se va a convertir en vicio– de San Ginés, que lamentablemente no han podido ser los atribuidos a los Leoni, que están en el altar de la nave del crucero, la de la capilla del Cristo y el cuadro del Cristo de la Humildad de Alonso Cano, capilla en la que han aparecido –por cierto– nuevos cuadros, de poco valor, la verdad. La iglesia está hecha –artísticamente hablando– un cristo, y no ha habido manera de concertar lo que tenia que ver y lo que realmente veía, y más con el guardia jurado colgado de mi oreja. Será mi próxima entrada a los paseos por el Madrid Histórico, que he reanudado ahora que parece que el calor disminuye.










1 comentario:

  1. Estos Angeles brillan demasiado, verdad? Pero que buena pinta tiene esa ensalada.

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