Con una bata azul y transparente,
que cubre sus vergüenzas, y las mías,
resonancias magnéticas recibo
de una dama de blanco, en la rodilla,
encerrado en un túnel de la siemens
con un casco sin músicas ni rimas
sin ton ni son me van viniendo versos
dulces compongo suaves melodías.
No es posible me digo que, tumbado,
desnudo y con batín y boca arriba
en tiempos de botella y gallardón
me entregue sin pudor a la poesía.
Un modo de protesta puede ser,
un modo de volver hacia la vida.
Pablo, debes cuidarte. No me lo puedo creer :(
ResponderEliminarLa poesía siempre nos rescata en los momentos difíciles, por eso es imprescindible. Saludos y que haya mejoría.
ResponderEliminarPero no veo, por el poema, que el rapsoda lo esté pasando mal...o seré sorda a la rima?
ResponderEliminarDime, Pablo, que que sólo juegas.
Muchas gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarExperiencia e invención, decía Cervantes. Bien sabes, Estrella, que sobre los reflejos biográficos de la literatura mantenemos tú y yo un antiguo litigio; pero es verdad que el rapsoda –me lo ha dicho él– se hizo polvo el menisco por arte de birlibirloque y que la máquina del túnel de las resonancias era de Siemens; y de esa conjunción de lavadoras y hospitales salieron versos, como pájaros asustados, lo que es signo de vida.
Pues, con lo de "rapsoda" me fui por el lado figurativo. Lo siento de verdad, para un caminante como tu esto tiene que ser un gran fastidio. Cuidate.
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