sábado, 12 de enero de 2013

Otra vez las cuatro últimas canciones



Con el azul de madrugada se abre
la noche en la ventana, la neblina
ha ido dejando las canciones sobre
el paisaje de siempre: el bulevar

vacío, las acacias deshojadas,
el ámbar pálido de las farolas;
quietud y soledad en mi trabajo,
libros y libros en la mesa abiertos;

habrá que resolver aquel problema
erudito que a nadie le interesa,
y admitir que llegaron a Virgilio
los versos de las últimas canciones.

Amanecer que la canción se lleva
yo no sé dónde, cada vez más lejos.




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