jueves, 21 de julio de 2011

Vuelta a casa

heliotropos
Año tras año va la casa creando
su costumbre de ser, cuando florecen
los arrayanes, dora el arce y brotan
ocultos en la sombra los laureles,

cuando cuaja su fruto el avellano
y el heliotropo por el muro asciende
hasta dejar perfume en las alcobas;
y encaramado al acebuche, teje

una red que coronan celidonias
y ortigas y un saúco que aparece
en el cañaveral, entre celindas,
siempre nuevo, pujante, siempre verde.

Y año tras año, cuando llego allí,
la vieja casa se despierta y vuelve.




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