domingo, 3 de julio de 2011

Verano y sáficos playeros

Con las caderas apuntando al cielo
al cálido sol del mediodía dejas
que la piel blanca de tu cuerpo dore
brisa de mar que con mis ojos llega.
   Tanto dormir en las miradas hizo
insoportable el sol y cuanto quema;
necesitamos descansar y sombras
y la humedad del agua y de la crema.
   Durante un rato con tus manos fui
a los rincones donde luz no llega
y en travesía imaginaria anduve
mientras cumplíamos con la tarea.
   Con las caderas sosteniendo el aire
tendida al sol una vez más te entregas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario