San Telmo en San Sebastián

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Casa del viajero en el monte Igeldo

Se me terminó la batería cuando andaba encareciendo el valor arquitectónico y urbanístico del nuevo museo de San Telmo, en San Sebastián (abierto en abril, creo), tuve que dejar la entrada a medio redactar y me fui a tapear con unas chinitas que había conocido en la Concha; de manera que se me quedó colgado todo y ahora voy y lo amontono aquí para cerrar esta etapa viajera. Un poco a la buena de dios.

Llevo mi casa a cuestas, verde también, como la de los caracoles, lo que quizá explique el sonido nocturno de la lluvia y otros accidentes, pues le tengo obligado al rapsoda a contar verdades –verdad y vida andan de la mano–. El nuevo museo, decía, vale como joya arquitectónica que ha conseguido casar lo disperso y lo nuevo y lo viejo. Creo que ese es el valor de esta maravillosa ciudad enamorada del mar.

La plaza: a la izquierda el viejo museo municipal, a la derecha el nuevo

La exposición permanente