lunes, 27 de junio de 2011

escena de capuchino y mar


Escena de capuchino y mar

Esperando que el sol se ponga estoy
dudando entre admirar el desconcierto
del horizonte o la rotundidad
sin concesiones de quien me ha servido

el capuchino que, cuando anda, duda
hacia qué lado dejará que el cuerpo
ultraje los espacios donde flota;
a mí me hiere, coronada de oro

lento süave dulce relajado,
me sobrecoje su silueta exacta,
cuando deja las sombras perfiladas
e invade y prende de una vez por todas

el mágico lugar donde esta tarde
se han ido a retozar mis viejos sueños.



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