sábado, 11 de junio de 2011

Dalí en el castillo de Ótranto












En efecto, en ese puerto del Adriático castigado por turcos, crucial para la historia de aquellos pueblos, con una fortificación aragonesa que ocupaba medio pueblo, me encontré con una exposición temporal de Dalí –dibujos, esculturas– aprovechada para exponer arte actual, sobre todo italiano. El interior del castillo se había restaurado con la sencillez de la piedra o la blancura; el resultado en algunas salas era brillante; en otras, no tanto. En su conjunto, la exposición añadía al color del mar y del pueblo, la atrevida paleta de Dali y, de su mano, del arte actual. En las ilustraciones, varios ejemplos de Maximo Pasca.

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