viernes, 22 de octubre de 2010

Romance de la buena música

Casa en campos de amapola, jaramago y malvas. Javier Tacón Clavaín, acrílico sobre lienzo



Amores, campo, trabajo.
Las cosas ya van sencillas,
un paseo por las tardes,
el trabajo por el día
y las noches en silencio
a soñar lo que querría,
a la espalda los recuerdos,
miedo a lo que se avecina;
lo que se avecina es tiempo
el que a su paso camina,
el que no juega con niños,
el que no sabe de risas,
el que a los amores echa
y a la soledad cobija;
por eso prendo los ojos
y me marcho de puntillas,
con el corazón dorado
y con la tristeza antigua
a mirar cómo va todo
al rincón donde se olvida;
tantas cosas olvidé,
tantas cosas que tenía
que no puedo saber ya
si fue o no fue de mi vida
lo que me traen los recuerdos,

todo quedó en lejanía;
mas cuando vienen canciones
y dentro me hacen cosquillas,
la pena va y se enloquece,
el amor va y todavía,
a los ojos se me salen
las palabras y las risas,
y sin que nadie lo sepa
y aunque parezca mentira,
por la noche hago que duermo:
más dejo la luz encendida...
la de los recuerdos viejos,
y la de la fantasía,
y con ella paso noches
y hago amores, pillerías,
consigo el beso perdido
y la pasión escondida,
a chopín vuelvo a querer,
y aun entonces todavía
siento amores, tengo amores,
hago y deshago mi vida.
Y mientras cruzo la noche
el tiempo va y se retira.

1 comentario:

  1. Pues habrá que unirse a Chopin; no vamos a ser menos!
    Felices sueños...cuando se le apague la luz de la fantasía.
    Qué bien se le da el romance!

    ResponderEliminar