miércoles, 15 de septiembre de 2010

Romances noticieros: De Boston a Nueva York



A M.S., a quien le gustan los romances

Ahora voy dando tumbos
de Boston a Nueva York
en un cacharro menudo
que dicen que es un avión;
si miro por ventanilla
hasta que me da temor.
Con un romance en la pluma
parece que va mejor
porque entonces me acompañan
protagonista y lector.
En Boston se me han quedado
–cuánto me costó el adiós–
los amigos, las chinitas,
el trabajo, y el dolor
de una herida bien molesta
que me salió en el talón
de andar con mucho trasiego
para ver todo mejor:
el río y el mar, la gente,
estudiantes mogollón,
los campus donde se piensa,
los libros, que muchos son,
donde dicen qué sabemos
y en lo que hay indecisión,
los lugares de ignorancia,
los lugares de pasión,
la historia, las matemáticas,
la locura y la razón…
Este pëonza que piensa
ya no sabe si es mejor
rr a dama que pasa
o estudiar una lección,
si cada cosa a su tiempo
o mezclarlo a su sabor
y que sea lo que dios quiera,
cosas que sí, otras que no.
Por el aire va el camino
que me lleva a Nueva York,
milagro es que se sostenga;
todo en vilo –como yo–:
un señor incomprensible
encerrado en su rincón
siempre soñando miradas
en las que encuentra el amor.
De tanto inventar el tiempo
ya me duele el corazón.



3 comentarios:

  1. Mmmmmm... Cabría pensar en alguna relación juguetona entre el dolor del talón / del corazón y las chinitas que lo provocan, en la primera acepción del DRAE en 'china', de curiosa etimología:

    "(De la voz infantil 'chin').
    1. f. Piedra pequeña y a veces redondeada."

    Me encanta, una vez más, el romance.

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  2. Incomprensible no; ¡admirable! Transformas en poesía cada momento.
    ¡Y qué afortunados somos los que, al abrir el cuaderno, cada mañana encontramos versos y romances nuevos!
    Impaciente esperando el siguiente...

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  3. Las chinitas serán tu perdición, Pablo.
    Cuidado al cruzar la calle!
    Y con las chinches de NY al dormir...

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